21 de abril de 2008

Ch'ien / Lo Creativo




en la versión de Richard Wilhelm (1) se lee:


arriba Ch'ien, Lo Creativo, el Cielo
abajo Ch'ien, Lo Creativo, el Cielo



El signo se compone de seis trazos no partidos. Los trazos no partidos corresponden a la protoenergia o energía primaria, luminosa, fuerte, espiritual, activa. El signo es total y uniformemente fuerte en su naturaleza. Puesto que no lo afecta ninguna debilidad, es, en si mismo, de acuerdo con su cualidad intrínseca, la fuerza, la energía. Su imagen es el cielo. La fuerza, la energía, se representa como entidad no condicionada por determinadas circunstancias espaciales. Se la concibe por lo tanto como movimiento. Debe considerarse como fundamento de este movimiento el tiempo. Así, pues, el signo involucra también el poder del tiempo y el poder de la perseveración en el tiempo, de la duración.
En la exégesis del signo ha de tenerse en cuenta, constantemente, una doble interpretación. La macrocósmica y la que corresponde a la acción en el mundo humano. Con respecto al acontecer universal, se expresa en el signo la fuerte acción creativa de la divinidad. Aplicando el signo al mundo humano; denota la acción creadora del santo y del sabio, el gobernante y conductor de hombres, que merced a su fuerza despierta y desarrolla en estos últimos se esencia mas elevada.

EL DICTAMEN

Lo Creativo obra elevado logro,
propiciando por la perseverancia.

De acuerdo con su sentido primitivo, los atributos aparecen agrupados por pares. Para el que obtiene este oráculo, ello significa que el logro será otorgado desde las profundidades primordiales del acontecer universal, y que todo dependerá de que solo mediante la perseverancia en lo recto busque su propia dicha y la de los demás.
Ya antiguamente fueron objeto de meditación estas cuatro cualidades intrínsecas en razón de sus significados específicas. La palabra china que se reproduce por el “elevado”, significa “cabeza, origen, grande”. Por eso en la explicación de Kung Tse se lee: “Grande en verdad es la fuerza original de lo Creativo, todos los seres le deben su comienzo. Y todo el cielo esta compenetrado de esta fuerza.” Esta primera cualidad traspasa, por otra parte, a las otras tres.
El comienzo de todas las cosas reside todavía, por así decirlo, en el mas allá, en forma de ideas que aun deben llegar a realizarse. Pero en lo creativo reside también la fuerza destinada a dar forma a estas imágenes primarias de las ideas. Es lo que queda señalado con la palabra “logro”, “éxito”. Este proceso se ve representado por medio de una imagen de la naturaleza.
“Pasan las nubes y actúa la lluvia y todos los seres individuales penetran como una corriente en las formas que les son propias.”
Transferidas al terreno humano, estas cualidades muestran al grande hombre en camino hacia el gran éxito: “Al contemplar con plena claridad las causas y los efectos, el consuma en tiempo justo las seis etapas y asciende en tiempo justo por estos seis peldaños como sobre seis dragones, elevándose al cielo.” Los seis peldaños son las seis posiciones individuales del signo, que mas adelante se representan bajo la imagen del dragón. Como camino hacia el logro aparece aquí el reconocimiento y la realización del sentido del universo que, en cuanto ley perenne, y a través de fines y comienzos, origina todos los fenómenos condicionados por el tiempo.
De este modo toda etapa alcanzada se convierte a la vez en preparatoria para la siguiente, y así el tiempo ya no constituye un obstáculo, sino el medio para la realización de lo posible. Luego de haberse expresado el acto de la creación a través de las dos cualidades “elevado” y “logro”, se nos señala la obra de conservación, como un desenvolvimiento que se va elaborando en continua realización, como ligado a las dos expresiones “propiciando”, esto es literalmente “creando lo que corresponde a la esencia”, y “perseverante”, que equivale literalmente a “recto y firme”. “El curso de lo creativo modifica y forma a los seres hasta que cada uno alcanza la correcta naturaleza que le esta destinada, y luego los mantiene en concordancia con el gran equilibrio.
Así es como se muestra propiciante por medio de la perseverancia.” Trasladando lo dicho al terreno humano, podemos comprender como el gran hombre, mediante su actividad ordenadora, trae al mundo paz y seguridad: “Al elevar la cabeza sobre la multitud de seres, todas las comarcas juntas entran en calma.” Otra explicación va más lejos aun con la separación de las voces “elevado, logro, estimulante, perseverante” y las parangona con las cuatro virtudes cardinales humanas: a la “elevación” que, como principio fundamental, se le coordina el amor; a la cualidad “logro” se le coordinan las costumbres morales que ordenan las expresiones del amor, las organizan y las llevan así al éxito; a la cualidad” estimulante”, “propicio”, se le adjudica la justicia, creadora de circunstancias en las que cada cual obtiene aquello que corresponde a su naturaleza, aquello que le pertenece y hace su dicha; a la cualidad “perseverancia” se le coordina la sabiduría, que reconoce las leyes firmes vigentes en todo lo que acontece, y es por ello capaz de crear estados duraderos. Estas especulaciones sugeridas ya en el tratado Wen Yen que figura en la segunda parte del Libro de las Mutaciones, formaron mas tarde el puente sobre el cual la filosofía de las cinco etapas de mutación (elementos) – que arraiga en el Libro de los Documentos o Crónicas- se combinó con la filosofía del Libro de las Mutaciones, que descansa puramente en la dualidad polar de principios positivos y negativos, hecho que luego, con el transcurso del tiempo, abriría las puertas a una simbología numerológica cada vez mas amplia.

LA IMAGEN

Pleno de fuerza es el movimiento del Cielo.
Así el noble se hace fuerte e infatigable.

La duplicación del signo Ch´ien, cuya imagen es el cielo, indica, puesto que existe un solo cielo, el movimiento del cielo. Un movimiento circular completo del cielo es un día. La duplicación del signo implica que a cada día sigue otro día, lo cual engendra la representación del tiempo y, simultáneamente, infatigable, la representación de la duración, plena de fuerza, en el tiempo y más allá del tiempo, de un movimiento que jamás se detiene ni se paraliza, así como los días se siguen unos a otros a perpetuidad. Esta duración en el tiempo da la imagen de la fuerza tal como le es propicia a lo Creativos. El sabio extrae de ello el modelo según el cual deberá evolucionar hacia una acción duradera. Ha de hacerse íntegramente fuerte, eliminando a conciencia todo o degradante, todo lo vulgar. Así adquiere la infatigabilidad que se basa en ciclos completos de actividad.

LAS DIFERENTES LINEAS

Al comienzo un nueve significa:                                                                             
Dragón cubierto. No actúes.

El dragón tiene en China un significado muy distinto del que le corresponde en la concepción occidental. El dragón es el símbolo de la energía móvil-eléctrica, fuerte e incitante, que se manifiesta en la tormenta. En el invierno esta energía se retira al interior de la tierra; con los comienzos del verano reinicia su acción y aparece en el cielo como rayo y trueno. En consecuencia, también sobre la tierra se movilizan entonces de nuevo las fuerzas creadoras.
Aquí esta fuerza creadora aparece cubierta todavía; estando bajo la superficie de la tierra, todavía no actúa. Trasferido a circunstancias humanas, esto significa que un hombre importante aun no obtiene reconocimiento. No obstante, permanece fiel a si mismo. No permite que influyan sobre los éxitos y fracasos exteriores.
Antes bien, fuerte y despreocupado, espera que llegue su hora. Por lo tanto, alguien a quien le toca en suerte este trazo ha de aguardar con la tranquila y fuerte paciencia. Sin duda su tiempo se cumplirá y llegara su día. No debe temerse que una fuerte voluntad pueda no llegar a imponerse. Pero es necesario no gastar la energía antes de tiempo en un intento de forzar la obtención de algo cuya hora todavía no ha llegado.

Nueve en el segundo puesto significa:
Dragón que aparece sobre el campo.
Es propicio ver al gran hombre.

Aquí comienzan a mostrarse los efectos lo de la fuerza luminosa. Aplicado a circunstancias humanas, esto significa que el gran hombre aparece en el campo de su actividad; todavía no ocupa ninguna posición gobernante, todavía se halla entre sus iguales, pero lo que lo distingue ante los demás es su seriedad, su absoluta responsabilidad y el influjo que sin esfuerzo conciente alguno ejerce sobre quienes lo rodean. Un hombre tal esta predestinado a llegar a tener gran influencia y a conducir el mundo hacia el orden. Pero eso es propicio verlo.

Nueve en el tercer puesto significa:
El noble es creativamente activo todo el día.
Aún por la noche lo embarga la preocupación interior.
Peligro. Ninguna tacha.

Al hombre importante se le abre el círculo de acción. Comienza a difundirse su fama. Las multitudes se vuelcan a el. Su fuerza interior se halla a la altura de la incrementada actividad exterior. Hay muchísimo que hacer y aun hacia la noche, cuando ya otros descansan, se acumulan los planes y las preocupaciones. En este momento del transito desde lo bajo hacia las alturas aparece el peligro. Ya mas de un hombre grande encontró su perdición en el hecho de que las masas se volcaran a el y lo arrastraran hacia sus propias vicisitudes. En tales casos la ambición corrompe la pureza interior. Pero las tentaciones no hacen mella a una verdadera grandeza. Si uno permanece alerta, en apatía con los gérmenes del tiempo nuevo y sensible frente a sus requerimientos, tendrá la suficiente cautela como para cuidarse de desviaciones y así quedara sin tacha, sin defecto.

Nueve en el cuarto puesto significa:
Vacilante elevación sobre el precipicio. Ninguna tacha.

Aquí se ha alcanzado ese punto de la transición sonde puede entrar en acción la libertad. Una doble posibilidad se abre ante el hombre importante: o bien elevarse de un salto y tener decisiva significación en la vida en gran escala, o bien retirarse y cultivar su personalidad en silencio: el camino del héroe o el camino justo. Todo el que se encuentre en semejante situación ha de decidirlo libremente de acuerdo con las leyes mas intimas de su naturaleza. Si obra con entera veracidad y consecuencia, encontrara el camino que le corresponde y este será para el la vía justa e intachable.

Nueve en el quinto puesto significa:
Dragón que vuela en el cielo.
Es propicio ver al gran hombre.

Aquí el gran hombre ha arribado a la esfera de los seres celestiales. Su influjo se extiende, visible a lo lejos, sobre el mundo entero.
Todo el que lo contemple puede considerarse bienaventurado. Kung Tse dice al respecto: “Aquello que armoniza en el tono, vibra de consuno. Aquello que corresponde en el fuero mas intimo a afinidades electivas, se busca recíprocamente. El agua fluye hacia lo húmedo, el fuego se dirige hacia lo seco. Las nubes (aliento del cielo) siguen al dragón; el viento (aliento de la tierra) sigue al tigre. Así, pues, se levanta el sabio y todos los seres dirigen hacia el la mirada. Lo que es oriundo del cielo se siente afín con lo que se halla en las alturas. Lo que es oriundo de al tierra se siente afín con lo que esta abajo. Cada cosa sigue a su especie.”

Al tope un nueve significa:
Dragón soberbio tendrá que arrepentirse.

Cuando alguien pretende ascender tan alto que pierde el contacto directo con el resto de los hombres, se torna solitario y esto, necesariamente, conduce al fracaso. Hay aquí una advertencia contra la ambición titánica que supera las propias fuerzas. Una brusca caída al abismo seria la consecuencia.

Si se presentan solamente nueves, esto significa:
Aparece un conjunto de dragones sin cabeza. ¡Ventura!

Cuando todas las líneas son nueves, el signo entero entra en movimiento y se transforma en el signo K´un, Lo Receptivo, cuyo carácter es la ferviente entrega. Se unen la fortaleza de lo Creativo y la dulzura de lo Receptivo. Lo fuerte esta señalado por la grey de dragones, lo suave por la circunstancia de que sus cabezas estén ocultas.
Esto significa: suavidad en el modo de actuar, unida a la fuerza de la resolución, trae ventura.


(1) I Ching - El Libro de las Mutaciones. Ed. Sudamericana 7ma. edición Buenos Aires 1985 - ISBN 950-07-0085-9

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